Cada quien escoge la cuerda con la que se quiere ahorcar, es necesario aceptar las cosecuencias de esta decisión, pues si chillas ya nadie escuchara los gritos ahogados, las decisiones y compañías de tu vida serán aquellas que marquen tus días, no puedes andar por la vida quejandote de lo que te pasa, llorando amargamente, intrigando, criticando, pues a final de cuentas eres tú quien decidió tomar el camino, y al decidir la ruta debes estar consciente de los letreros de advertencia a los que no pusiste atención, enfrentar las consecuencias buenas y sobre todo las malas de cada paso que des, de igual modo no puedes creerte tan importante como para que el mundo gire a tu alrededor, ni que seas el centro de atención, mucho menos creer que todo lo que los demas piensan y comenten sea respecto a ti, pues cuando voltees te toparas con la realidad de que hay muchos y muchas más, que son prioridad en la vida de las demás personas, lo cual no cambiará solo por el hecho de que así lo desees y expreses.
Así que si decides, después no te quejes, siempre sabes a lo que estas jugando y en la vida generalmente no hay reglas, a ciertas alturas de la vida es decepcionante que las personas no tengan esto claro.